McMANIS – PETITE SIRAH – CALIFORNIA

McManis Petite Sirah, California

Procedo a inaugurar este apartado de catas compartiendo contigo el McManis que ha invocado a las musas tras meses de silencio.

Tal vez esté mal empezar esta serie de catas distintas con un vino que no es español. 

Teniendo en cuenta que soy una defensora acérrima del producto local, me parece hasta un poco aberrante no comenzar esta sección con un vino de mi amada tierra adoptiva, Lanzarote.

Bien. Sumo este acto a la inagotable lista de incongruencias de mi vida, y prosigo.

La inspiración llega cuando llega, y hoy se me ha sentado al lado justo al desenroscar esta maravilla californiana. 

Ojo, que he dicho DESENROSCAR y no DESCORCHAR. 

El corcho es algo muy europeo.

En España es inconcebible que un vino que se precie se pueda cerrar de otra manera; pero en otras partes del mundo no se da el alcornoque y no por eso dejan las botellas sin tapar. Existen múltiples alternativas al corcho y no para vinos de calidad baja, precisamente. Este es uno de ellos.

Para ponerte en antecedentes, te diré que hace cosa de un año me suscribí a un club de vinos (si quieres saber cual, escríbeme). A la isla no suele llegar demasiada variedad, así que me pareció interesante la experiencia de recibir cada mes un par de vinos de distinta procedencia (normalmente de España, que conste) acompañados de su formal nota de cata.

Hace poco me vine muy arriba y pedí una oferta de diferentes bodegas extranjeras. Una caja con botellas de distintos países. 

La semana pasada me bebí un chardonnay surafricano que estaba que se iba del mundo (espectacular, vaya), y hoy, después de un agotador día de trabajo, he decidido cambiar de continente e irme a California, a ver qué hacen los coleguis de Angela Channing.

Al grano. Vamos a probar el McManis

Nada más desenroscar la botella, me invade un aroma increíble a especias. Es como trasladarte a la herboristería del barrio (cuando era pequeña no se llamaban herbolarios, sino herboristerías, y en Triana había una cubierta de estanterías con especias de tooodo tipo. Puedes imaginarte el olor… Un placer para los sentidos)

Ya me estoy despistando. 

En nariz percibo, así de primeras, canela, vainilla y pimienta.

Infinitos aromas familiares, agradables, que me transportan a un lugar acogedor junto a una chimenea.

Dejo unos minutos que se abra (en otras palabras, que se oxigene para que salgan a relucir los aromas) y me llega la ciruela negra, un poco de mora,… todo heredado seguramente de “mami” Sirah.

Lo pruebo y me enamoro:

No tiene aristas; es decir, ningún rasgo (acidez, tanicidad,…) predomina sobre el otro.

Según entra en la boca se expande, ocupando todo el espacio, y se queda ahí un ratito, ¡vaya si se queda! dejándote ese saborcillo a vainilla y canela y esa lengua suavemente rasposa que da el tanino.

Me sorprende que, pese a su juventud (2019), tiene mucha potencia, mucho cuerpo.

Soy bastante mala en la identificación de aromas y sabores, así que tras esta primera impresión, me voy a San Google y busco Petite Sirah, para ver en qué he acertado.

Pues ni tan mal, chica: 

Dice Google que la petite sirah se caracteriza por su tanicidad alta (vale, eso no era muy difícil), matices a hierbas y pimienta negra (que yo no encontré) y una ligera acidez (eso sí, menos mal)

Resulta que la Petite Sirah, cuyo nombre real es Durif, es un cruce accidental surgido allá por 1860 en el invernadero del botánico francés François Durif  (de ahí su original nombre) en una noche de amor entre una Sirah y una Peloursin. 

Lo de las frutas negras (ciruelas, moras) le viene de “mamá” Sirah. El color y la tanicidad, de “mami” Peloursin. 

Qué romántico, ¿no te parece?

¿Con qué me lo tomo?

Esta primera copa va a ser para mí solita (nunca tengas miedo de beber sola un buen vino, porque no es ley que los mejores placeres deban disfrutarse en compañía) aunque puede ser que mañana lo acompañe de una buena conversación con algún amigo o amiga que pase por casa.

Para maridar: Intento no comer carne, así que mis recomendaciones no van a ir por ahí. Pero te animo a probarlo con un queso graso. Un platillo vegetariano bien especiado, por ejemplo un curry de verduras, combina de maravilla con este vino sabrosón.

Si quieres que catemos juntas algún vino, escríbeme y organizamos.

Te deseo un 2022 sin aristas, potente, equilibrado y, sobre todo, Feliz. MUY FELIZ.

2 comentarios en “McMANIS – PETITE SIRAH – CALIFORNIA

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s